Lilliam, fue una de las muchas jóvenes americanas de origen judío cuyas familias se habían asentado en Brooklyn, Nueva York.Su carrera estuvo marcada desde el principio, por la personal visión que aportó a la fotografía de moda por su vinculación con la pintura. Era eso precisamente lo que más le interesaba, tratar la imagen capturada. En su primera etapa fue en el cuarto de revelado, más tarde gracias a Photoshop. El resultado era una mezcla de fotografía y pintura, como si la cámara fotográfica fuera sólo un primer utensilio con el que empezar a trabajar.
Trabajo en Harper’s Bazaar y llenó las revistas de moda con mujeres sofisticadas y elegantes que ilustraban los tiempos felices de Estados Unidos en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en 1971, decepcionada de cómo estaba cambiando el mundo de la moda y la publicidad, decidió dar un cambio drástico a su actividad y llegó a destruir casi todos sus negativos y archivos, algunos de los cuales sobrevivieron gracias a uno de sus ayudantes, que escondió parte del material, y que casualmente apareció, de nuevo, décadas después,Lilliam se acercaba a los ochenta años cuando volvió esta vez,trabajando con ácidos o ahumando la lente de la ampliadora.
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