Una historia tan fascinante sin caer en melodramatismo barato y eludiendo el patetismo, sólo es capaz de dirigirla un genio del Arte: Julian Schnabel.Con una libertad delirante en cada imagen,en cada pensamiento,en la angustia,en la emoción,en la identificación,en la conmoción,en el dolor y la angustia.
Con golpes de humor cuando menos los esperas,la esperanza de lo imposible,una cárcel de pensamientos y movimientos y unos momentos de una belleza sobrecogedora(una joya única e irrepetible, los minutos que van desde el 37" al 39").
La interpretación de Mathieu Almaric,inquietante,espectacular,tan humana y maravillosa.Todo es posible con éste gran actor.
Una fotografía de parajes desiertos, que te abruma,como los Domingos dicen y yo empatizo pues para mi "esos días",me recuerdan a muerte.
La música...
Y como afrontar ese estado en el que estás,sin sentir calor,sin sentir frio,sin caricias soñadas,afrontarlo...de otras formas,con voluntad férrea y con esperanza y seguir viviendo con todas las consecuencias...
Decisión de vivir,decisión de morir,dada por el coraje de cada quien,de cada cual...
Y hoy decido,tomo la decisión de dejar de quejarme...
"Hoy,mi vida parece una sucesión de pequeños fracasos,mujeres que no supe amar,oportunidades que no aproveche,momentos de felicidad que dejé escapar,una carrera cuyo resultado conocía de antemano,pero no escogí al ganador.Habré sido ciego,sordo o hacía falta un desastre para que hallara mi verdadera naturaleza?"
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