Audrey Hepburn, no fue solo una maravillosa actriz, sino también uno de los grandes iconos de la moda y de la belleza de todos los tiempos y nunca dejó de insistir en el hecho de que la belleza está dentro de nosotras. “Las mujeres felices son las más bonitas”, solía decir. Y no le faltaba razón. Es más, Audrey, a quien le preguntaban muy a menudo sobre cuáles eran sus trucos de belleza, hizo suyo un precioso poema de Sam Levinson (un humorista y escritor norteamericano), que se convirtió en toda una declaración de intenciones por parte de esta inolvidable actriz:
• Para unos labios atractivos, habla palabras de bondad.
• Para unos ojos preciosos, mira lo bueno en las personas.
• Para una figura esbelta, comparte tu comida con el hambriento.
• Para un cabello hermoso, deja que un niño pase sus dedos por él una vez al día.
• Para el buen equilibrio, camina con el conocimiento de que nunca caminarás sola.
• La gente, incluso más que las cosas, tiene que ser restaurada, renovada, resucitada, recuperada y redimida; Nunca tires a nadie.
• Recuerda, si alguna vez necesitas una mano que te ayude, la encontrarás al final de tu brazo.
• A medida que pasan los años, descubrirás que tienes dos manos, una para ayudarte a ti mismo y la otra para ayudar a los demás.
• La belleza de una mujer no está en la ropa que usa, la figura que tiene, o la forma en que peina su cabello. La belleza de una mujer debe verse en sus ojos, porque esa es la puerta de su corazón, el lugar donde el amor reside.
• La belleza de una mujer no está en un lunar facial, la verdadera belleza de una mujer se refleja en su alma. Es el cuidado que ella amorosamente da, la pasión que ella muestra, la belleza de una mujer con el paso de los años ¡sólo crece!
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