jueves, 19 de noviembre de 2015

"NI MI HIJO NI YO,OS HAREMOS EL REGALO DE ODIAROS"...

"Devastado" por un tremendo dolor, que él mismo admite que es la única "victoria" que les concede a los terroristas, Antoine ha sacado unos minutos para escribir una carta en su perfil de Facebook que dirige a los terroristas que acabaron con la vida de su mujer y otras 88 personas en la sala Bataclan, en la cadena de atentados que causó la muerte a 129 personas y heridas a más de 300.

El periodista quiere mandar un mensaje claro y les dice a los terroristas que, pese a que le han arrancado lo que más quería, a la madre de su hijo Melvil, de solo 17 meses, ni él ni su hijo les odiarán, porque eso signficaría que los asesinos han cumplido su objetivo.

"NO TENDRÉIS MI ODIO"

El viernes por la noche robasteis la vida de un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo, pero no obtendréis mi odio. No sé quiénes sois ni lo quiero saber, sois almas muertas. Si ese Dios por el que matáis nos ha hecho a su imagen, cada bala en el cuerpo de mi mujer habrá sido una herida en su corazón.

No os haré el regalo de odiaros. Vosotros lo habéis buscado y sin embargo responder a vuestro odio con mi cólera sería ceder a la misma ignorancia que ha hecho de vosotros lo que sois.Vosotros queréis que yo tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con desconfianza, que sacrifique mi libertad por la seguridad. Habéis perdido.

La he visto esta mañana. Por fin, después de noches y de días de espera. Estaba tan hermosa como cuando se marchó el viernes por la noche, tan hermosa como cuando me enamoré perdidamente de ella hace más de 12 años. Por supuesto que estoy devastado por el dolor, os concedo esta pequeña victoria, pero durará poco. Yo sé que ella nos acompañará cada día y que nos reencontraremos en ese paraíso de las almas libres al que no accederéis jamás.

Somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo. No tengo más tiempo para dedicaros, debo reunirme con Melvil, que se despierta de su siesta. Tiene 17 meses apenas, va a tomar su merienda como todos los días, después vamos a jugar como todos los días, y durante toda su vida este niño os hará la ofensa de ser feliz y libre. No, tampoco tendréis su odio".

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