Hilma af Klint nació en Solna, municipio integrado en el área metropolitana de Estocolmo (Suecia). Desde 1882 a 1887 asistió a la Real Academia Sueca de las Artes. Perteneció a la primera generación de mujeres europeas que se formó académicamente en arte. Unos años más tarde, la academia puso un estudio a Hilma y a otros dos compañeros para que desarrollaran su talento. Allí, Klint realizó tanto retratos como paisajes de estilo naturalista.
A partir de 1896 Hilma af Klint comenzó a frecuentar grupos espiritistas y ocultistas. Junto a otras cuatro amigas formaron un grupo llamado Las Cinco. Klint y sus amigas practicaban la escritura y la pintura automáticas a partir de sesiones de espiritismo. En 1906 empezó una de sus series artísticas emblemáticas: Los cuadros para el templo.
Hilma af Klint suspendió su trabajo para asistir a su madre dependiente.
En 1920, año en que murió su madre, viajó a Suiza. Allí se unió a la Sociedad Teosófica y estudió sus textos. En lo pictórico, realizó una serie de pinturas sobre las grandes religiones del mundo.
En 1925, abandonó la pintura por completo para dedicarse a los estudios teosóficos. Murió en un accidente en 1944.
Fue una innovadora radical de un tipo de arte que daba la espalda a la realidad visible. Desde 1906 desarrolló un lenguaje abstracto. La obra de Hilma af Klint no es una abstracción real del color y la forma en sí mismos, sino que trata de modelar lo invisible. Esto sucedió años antes de que apareciera la obra de Wassily Kandinsky, Piet Mondrian y Kazimir Malévich, que aún son tratados como los precursores del arte abstracto a principios del siglo XX.
Tras abandonar el lenguaje figurativo naturalista, Hilma af Klint parte de la base que existe una dimensión espiritual en la existencia y quiere hacer visible el contexto que existe más allá de lo que el ojo puede ver. Al igual que otros de sus contemporáneos, ella está muy influida por las corrientes espirituales de la época, particularmente el espiritismo, la teosofía y la antroposofía. En su obra abstracta, en la que destaca la pintura de gran formato, se encuentran elementos recurrentes, como círculos concéntricos, óvalos y espirales. Las temáticas que abordaba aspectos metafísicos, como la dualidad -materia y espíritu, lo femenino y lo masculino- la totalidad del cosmos, el origen del mundo, etc.
Hilma af Klint realizó más de 1.000 trabajos, entre pinturas y obra en papel. En vida, expuso su obra temprana y figurativa, pero nunca la abstracta. En su testamento redactó que su obra abstracta no se expusiera en público hasta veinte años después de su muerte, dado que estaba convencida de que hasta entonces no se podría valorar y comprender su obra en su justa medida.
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