domingo, 26 de febrero de 2017

EL SECRETO DE KALINKA Y LA LUCHA DE UN PADRE DURANTE 30 AÑOS DE SU VIDA...

El caso de Kalinka Bamberski es tan aterrador como apasionante. Aterrador no sólo por el hecho de que detrás de la muerte de la niña haya habido un responsable perverso, sino también por el indignante accionar de la justicia francesa y alemana, que siempre quiso tapar el caso. Y apasionante por cómo el padre de la niña se obstina en investigar por cuenta propia la causa de su muerte. 

El secreto de Kalinka es la demostración de que cuando hay una buena historia de intriga, cuando los personajes están bien interpretados y el guión es sólido, el resultado siempre es positivo. La fuerza de una buena historia siempre se impondrá sobre la forma.
Las actuaciones de los tres actores principales son admirables. La de Daniel Auteuil, por cómo  poco a poco se va convirtiendo en el prisionero de su obsesión por la verdad: la de la actriz Marie-Josée Croze, en el papel de la madre de la niña, por hacer de una mujer convencida de la inocencia de su segundo marido y único sospechoso; y la de Sebastian Koch, como Dieter Krombach, por su capacidad para hacer de un Don Juan oscuro. 
La trama logra atrapar, la narración es dinámica y simple, va siempre al hueso y no aburre nunca. Y el director tiene, además, la gran virtud de contar 30 años de una obstinada búsqueda personal de la verdad en menos de una hora y media.


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