Basta buscar el nombre de esta gitana barcelonesa en Wikipedia para darse cuenta de que algo raro sucede. Su perfil en español solo le dedica cinco líneas, mientras que la versión en inglés brinda una larga biografía con varios apartados sobre los diferentes aspectos de su carrera. Solo hay dos españoles que vendan más que Lita Cabellut en subastas de todo el mundo: Juan Muñoz y Miquel Barceló.Después en el puesto 333, está Lita,como la única mujer de nuestro país en ese 'top 500' de los artistas contemporáneos más cotizados del planeta. Los famosísimos Antonio López o Jaume Plensa ni siquiera aparecen en la lista que publica cada año Artprice, referencia en el mercado de subastas.
Cabellut ha expuesto su obra en Nueva York, Dubái, Londres o Hong Kong. Sin embargo, es completamente desconocida en España. ¿Por qué? Ni ella misma es capaz de dar una explicación pues su arte es profundamente español y siempre en todo el mundo le presentan como "la pintora española". Pero en su casa, España, todavía no reconocen su nombre.
Tal vez la explicación esté en la durísima infancia que tuvo en Barcelona y que acabó llevándola a vivir a Holanda. Nació en 1961 en una barriada gitana de la Ciudad Condal. De su padre nunca supo nada y su madre, prostituta, la abandonó cuando sólo tenía tres meses. Fue su abuela quien la crió pero, eso sí, a su manera, porque no la dejaba ir a la escuela. Vivió en la calle, pidiendo limosna por Las Ramblas o en el mercado de la Boquería hasta que la anciana murió, y fue internada con ocho años en un orfanato.
Su pesadilla terminó a los 13 años, cuando una familia adinerada decidió adoptarla.A pesar de ser analfabeta y disléxica, alcanzó pronto el nivel de sus compañeros de clase. La vocación artística le llegó el día en que sus nuevos padres la llevaron a Madrid a ver el Museo del Prado. Allí decidió que quería ser pintora y, tras varios años con profesores particulares de dibujo, entró en la Gerrit Rietveld Academy de Holanda, país donde acabó por fijar su residencia y en el que ha logrado un éxito mundial.
A pesar de llevar más de 40 años fuera de España, conserva intacto su acento, marcado a fuego durante su niñez en la capital catalana: “De esa Barcelona, mis recuerdos son muy claroscuros, pero esos contrastes han perfilado cómo ahora veo el mundo. Amo profundamente esa ciudad por enseñarme los valores profundos, brutales, pero sobre todo humanos, que hacen que hoy aprecie la vida”.
SU OBRA...
Trata de sacudir la conciencia del espectador pintando a los perdedores de la sociedad, gente solitaria y sin voz. Lo que ella fue en su día.Lita Cabellut es capaz de ver ese sufrimiento incluso en quienes aparentemente han triunfado en la vida. Lo demuestran sus múltiples retratos de Frida Kahlo o Coco Chanel, mujeres con biografías tan desgarradoras como la suya.Retrata a todo el mundo porque "Intenta acariciar con ternura y belleza al feo para convertirlo en terciopelo".
El éxito de Lita Cabellut está en su peculiar mezcla de retratos fotorrealistas inspirados en Rembrandt con los brochazos expresionistas tomados de Francis Bacon y Tàpies. Estos golpes violentos y bastos de pintura rompen la delicada belleza de sus modelos igual que los disgustos de la vida van dejando su huella cruel en todos nosotros. Las grietas que se abren en la superficie de casi todos sus lienzos simbolizan ese sufrimiento que marcó a la pintora de niña.
Su héroe artístico es Goya, especialmente su época más oscura, aunque las primeras veces que visitó el Museo del Prado no se atrevió a entrar en sus salas pues se parecía demasiado a lo que ella había vivido. Hoy, Lita dice estar en paz con su pasado y asegura que vive su mejor momento artístico.
Para verla en España habrá que esperar hasta 2017, cuando le abra sus puertas la fundación de Antoni Vila Casas, hasta ahora el único coleccionista que ha apostado aquí por ella.
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